Alicia Es. Martínez Juan
SUICIDIOS
I
Hoy estoy suicida
Me he colgado de la ducha
atándome papel higiénico a las uñas
y he esperado a que descorrieras la cortina
He compuesto un gesto hermoso
Imagina: el papel mojado se ha roto
y he resbalado jabonosa
desnuda sobre ti
y tú me has recogido
cubriéndome de besos
de lágrimas, de manos
Y así de pie, suicidada
hemos hecho el amor
y tú eras la tierra
II
Hoy estoy suicida
Me he sumergido suavemente en tu caracola
el placer de aguar el cuerpo
de perderme enterita
en tu sonrisa de niño
en tus ojos emulando el mar sobre la cama
III
Hoy estoy suicida
Me he despertado
como si no tuvieras cuerpo
para abrazarte, mi niña,
todavía en sueños
ralentizada
He preparado el desayuno
y exprimido una naranja sobre mis ojos
hasta quebrar las muñecas
Nos hemos extasiado juntas
con el despertar del sol
He escuchado de nuevo
las palabras que dijiste ayer
reproducidas para hacerme cómplice
de tus días
Eres lluvia clara
que deviene tempestad
ante el ladrón de gotas
La margarita que crece
en medio de la calzada
El inmenso hombre negro
desnudo, pintado de colores
que mira reconociendo
cada alma
cada piedra
cada casa
Eres la mujer blanca
que escala la montaña verde
junto al arroyo
Eres el agua clara
de una lágrima
la línea curva
de mi abrazo
Me he despertado
y he hundido un beso
en tu mejilla de nube
Me he sumergido en ti
Desaparecida
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SOY VENUS SOY MARIE
Hay viejas
con voz de vieja
Sentadas con el cuello
estirado como un árbol
viejo
obsceno
Alisadas en el estiramiento
como una goma pasada
Pero
tienen voz de vieja
y son viejas
feas en su permanente
e inalcanzable belleza
e insisten en llamarse
Venus
pero son viejas
y lo saben
Pero somos viejas
y lo sabemos
Hay viejas que sonríen
sin temor al sarmiento
Viejas que se encorvan
Saben del paso del tiempo
y le miran a la cara
Andan despacio
sin trampas
Y se ponen sombreros
rosas y zapato plano
Y esconden su piel bajo las medias
porque las medias abrazan
Pero
su voz es joven
y son jóvenes
guapas en su permanente
y natural belleza
y siguen llamándose Marie
y son viejas
y lo saben
y somos viejas y lo sabemos
Mañana Venus y Marie morirán
y sus vestidos serán nuestra mortaja
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EN CASA, CARACOL, TIENES LA TUMBA
Alicia Es. Martínez nos ofrece en este libro toda su intimidad como una casa abierta en la que caben los besos, los abrazos, la ternura, la maternidad y el amor entendido como una forma de suicidio cotidiano. Hay también un recorrido por los lugares que la han marcado en los últimos años, un viaje oscuro al fondo de sus sepulturas vitales –esas obsesiones por las que vive y muere a cada instante– y una defensa de la poesía como arma para despertar conciencias.
ALICIA ES. MARTÍNEZ JUAN
Alicia Es. Martínez hace poesía con las manos, con la cabeza, con la voz. Vive la poesía desde la militancia, de una forma apasionada, exhibicionista, revolucionaria, extrema y suicida. Con dos poemarios publicados, Corazones de manzana (2011) y No se le miran las bragas a la muerte (Cantos del Des) (2013), una antología bilingüe francés-castellano titulada En tiempos sin nombres (2014), y numerosas participaciones en revistas y antologías, la poeta traslada su creación poética a la organización de diferentes acciones, como el Klub de Poétikas de Matadero Lab en Toledo o la colaboración con músicos como Ferdy Jaque o La Vieille du Monde. También destaca su labor como organizadora del Festival de Poesía Voix Vives de Toledo.
En casa, caracol, tienes la tumba
Alicia Es. Martínez Juan
ISBN: 978-84-946132-0-3
98 páginas
9,98 €
Disponible
© Alicia Es. Martínez Juan
© Gato Encerrado 2016