«Donde fuiste feliz alguna vez…», de Félix Grande

Donde fuiste feliz alguna vez
no debieras volver jamás: el tiempo
habrá hecho sus destrozos, levantado
su muro fronterizo
contra el que la ilusión chocará estupefacta.
El tiempo habrá labrado,
paciente, tu fracaso
mientras faltabas, mientras ibas
ingenuamente por el mundo
conservando como recuerdo
lo que era destrucción subterránea, ruina.

Si la felicidad te la dio una mujer
ahora habrá envejecido u olvidado
y sólo sentirás asombro
−el anticipo de las maldiciones.
Si una taberna fue, habrá cambiado
de dueño o de clientes
y tu rincón se habrá ocupado
con intrusos fantasmagóricos
que con su ajeneidad te empujan a la calle, al vacío.
Si fue un barrio, hallarás
entre los cambios del urbano progreso
tu cadáver diseminado.

No debieras volver jamás a nada, a nadie,
pues toda historia interrumpida
tan sólo sobrevive
para vengarse en la ilusión, clavarle
su cuchillo desesperado,
morir asesinando.

Mas sabes que la dicha es como un criminal
que seduce a su víctima,
que la reclama con atroz dulzura
mientras esconde la mano homicida.
Sabes que volverás, que te hallas condenado
a regresar, humilde, donde fuiste feliz.

Sabes que volverás
porque la dicha consistió en marcarte
con la nostalgia, convertirte
la vida en cicatriz;
y si has de ser leal, girarás errabundo
alrededor del desastre entrañable
como girase un perro ante la tumba
de su dueño… su dueño… su dueño…

Félix Grande
Música amenazada

10 comentarios el “«Donde fuiste feliz alguna vez…», de Félix Grande

  1. Muy bueno. Saludos

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  2. Maritel Yanez G. dice:

    Me encantó, es tam cierto todo lo que dice y de manera poética.

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  3. Mariola dice:

    Tan triste como cierto

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  4. Antonia rodriguez dice:

    Entonces, deberíamos volver y darnos de bruces con la realidad q ya no es lo q fue? O mejor vivir con la nostalgia y la esperanza de volver, pensando q todo será igual?, q tus hijos vuelven a ser unos niños, q tu eres el patrón de tu destino y q las heridas de la vida han cicatrizado sin dejar estrías…..
    YO Voy a volver, sabiendo q ellos ya no estarán y q nada será igual, pero no quiero q la esperanza y la nostalgia sean mis compañeras de la poca vida q me quede.

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  5. Ricardo Calderon dice:

    Este poema es el lamento de la existencia del que viaje lejos de los senderos qué lo vieron crecer y regresa a encontrar calles.

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    • Anónimo dice:

      Seamos positivos, y recordemos con alegría lo felices momentos vividos, y si 🙂 físicamente ya han desaparecido los lugares, mantengamoslos dentro de nosotros, como vivencias inolvidables.

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  6. Anónimo dice:

    Escribía Félix Grande, «donde fuiste feliz alguna vez, no deberías volver jamás», y puede ser cierto.
    La memoria, ese don prodigioso, va moldeando los recuerdos a su gusto, elimina las aristas, oculta los desconchones y seguramente nada o casi nada de lo que recordamos, como feliz o hermoso, permanece igual, ni siquiera parecido en la terca realidad de lo certero.
    Yo voy y vengo como todos por este mundo incierto con la mochila al hombro, en la que llevo revueltos y confusos los recuerdos. Y es ahí donde deben reposar. Sí, es ahí donde debe reposar el primer beso, la luz de aquel ocaso en aquel parque, el desencanto que nace cuándo dejas la infancia, que va creciendo a golpe de vida ya vivida. Las despedidas con pañuelos y lágrimas, las llegadas a puertos en los que alguien te esperaba.
    Todo eso es pasado, ya no te pertenece, y si fuiste feliz entre unos brazos, no vuelvas a buscarlos porque será otro cuerpo al que ahora arropan o habrán envejecido y ni siquiera, si te rodean, reconocerían como suyas tus fronteras.
    En la objetiva realidad de los recuerdos, tirita mucha historia y por eso mejor cargar con la mochila lo vivido y no volver jamás al lugar en el que alguna vez fuiste feliz.
    Cuando te abrume el inmenso presente, cuando te desconcierte el silencio del mundo, su vacío, entonces, siéntate en el borde del camino y abre la mochila de los recuerdos, de los recuerdos ya mitificados por el tiempo y contempla aquel primer beso que seguramente fue torpe, pero ya no importa. El abrazo de tu madre, que no fue tan perfecta como crees, pero ya no importa. Con el arco iris que se encendió de pronto entre tu mirada y la de alguien, lo que pasó después cuando el sol se escondió y vinieron los reproches, eso ya no importa, no está en la mochila. Quédate con el beso, quédate con el abrazo, con los siete colores del arco iris, pero no vuelvas nunca intentar reconstruirlos. Haz caso a los poetas, haz caso a Félix Grande «donde fuiste feliz alguna vez, no deberías volver jamás”.

    Angel Zuferri ( desde Las Lomas del Gállego)

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  7. Anónimo dice:

    No vuelvas donde un día fuiste feliz, es una trampa de la melancolía, todo habrá cambiado y ya nada será igual, ni tan siquiera tú.

    proverbio

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  8. Anónimo dice:

    Soy Manuel Cuevas Martínez, todavía no domino Facebook pero el caso es que he recibido tu enlace porque hice un comentario que comienza con las mismas palabras que tu poema. Me ha sorprendido y me ha gustado. Adelante Félix Grande.

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