Me temo
que me engaña el hombre.
He cogido su cuerpo.
Lo he cortado en pedazos con el hacha y el cuchillo
de cocina.
El tronco, las piernas, la cabeza, un extremo de un ala
que crecía extrañamente,
el abdomen.
He metido los trozos en seis sacos de plástico, para el camión
de la basura.
He tirado los nombres, los gritos, muy picados, repartidos
en los tiestos de geranios
del balcón.
He lavado la sangre, las palabras.
Me temo que el hombre me engañaba. Espero que no crezca más
su historia.
Ahora tendré que pasar a otros asuntos más concretos.
No obstante vigilaré las plantas. No vaya a crecer de nuevo
todo aquello,
a solas, por las noches,
como una pesadilla.
Carlos Aurtenetxe
Los cormoranes
Editorial Bermingham