Al cuerpo, o a la nada.
Como si los códigos de los libros
fueran lo mismo que tus ojos intactos.
Como si los siervos impasibles
no existieran.
Al cuerpo o a la nada,
a ellos nos debemos.
Y sí, la fiebre se queda,
el portal sigue sucio,
perseguimos a redentores del abandono,
por eso la muerte no nos basta
y nos lleva a la risa.
Javier Manzano Fijó
La esperanza o el cuerpo
Editorial Gato Encerrado