«Sale caro ser poeta», de Gloria Fuertes

Sale caro, señores, ser poeta.
La gente va y se acuesta tan tranquila
–que después del trabajo da buen sueño–.
Trabajo como esclavo llego a casa.
me siento ante la mesa sin cocina,
me pongo a meditar lo que sucede.
La duda me acribilla todo espanta;
comienzo a ser comida por las sombras
las horas se me pasan sin bostezo
el dormir se me asusta se me huye
–escribiendo me da la madrugada–.
Y luego los amigos me organizan recitales,
a los que acudo y leo como tonta,
y la gente no sabe de esto nada.
Que me dejo la linfa en lo que escribo,
me caigo de la rama de la rima
asalto las trincheras de la angustia
me nombran su héroe los fantasmas,
me cuesta respirar cuando termino.
Sale caro señores ser poeta.

Gloria Fuertes
Poeta de guardia
Ediciones Torremozas

«Pienso mesa y digo silla», de Gloria Fuertes

Pienso mesa y digo silla,
compro pan y me lo dejo,
lo que aprendo se me olvida,
lo que pasa es que te quiero.
La trilla lo dice todo;
y el mendigo en el alero,
el pez vuela por la sala,
el toro sopla en el ruedo.
Entre Santander y Asturias
pasa un río, pasa un ciervo,
pasa un rebaño de santas,
pasa un peso.
Entre mi sangre y el llanto
hay un puente muy pequeño,
y  por él no pasa nada,
lo que pasa es que te quiero.

Gloria Fuertes
Todo asusta

«Todo asusta», de Gloria Fuertes

Asusta que la flor se pase pronto.
Asusta querer mucho y que te quieran.
Asusta ver a un niño cara de hombre,
asusta que la noche…
que se tiemble por nada,
que se ría por nada asusta mucho.
Asusta que la paz por los jardines
asome sus orejas de colores,
asusta porque es mayo y es buen tiempo,
asusta por si pasa sobre todo,
asusta lo completo, lo posible,
la demasiada luz, la cobardía,
la gente que se casa, la tormenta,
los aires que se forman y la lluvia.
Los ruidos que en la noche nadie hace
–la silla vacía siempre cruje–,
asusta la maldad y la alegría,
el dolor, la serpiente, el mar, el libro,
asusta ser feliz, asusta el fuego,
sobrecoge la paz, se teme algo,
asusta todo trigo, todo pobre,
lo mejor, no sentarse en una silla.

 

Gloria Fuertes
Todo asusta

«Post-guerra», de Gloria Fuertes

Sobrevivo al horror de ser vendida,

y de ver sangre fuera de las venas.

La casa de mis padres se ha caído,

el amor que tenía se ha inundado,

la juventud que tuve se ha podrido.

Me río y pisoteo las pastillas.

¿Lo veis? ¡No me he matado!

La Muerte se columpia en una higuera

y esconde su veneno en el colmillo.

 

Gloria Fuertes
Se beben la luz
Editorial Torremozas