Sobrevivo al horror de ser vendida,
y de ver sangre fuera de las venas.
La casa de mis padres se ha caído,
el amor que tenía se ha inundado,
la juventud que tuve se ha podrido.
Me río y pisoteo las pastillas.
¿Lo veis? ¡No me he matado!
La Muerte se columpia en una higuera
y esconde su veneno en el colmillo.
Gloria Fuertes
Se beben la luz
Editorial Torremozas