Me preguntas cuáles son las palabras mágicas,
las que nombran al amor, a la vida,
a la muerte y a la revolución.
Las que vienen de un lugar al fondo
de la imaginación, atravesando la realidad.
Me lo preguntas como exigiendo de mis labios
una prueba en forma de sabia oración.
Pero si yo supiera cuáles son esas palabras
haría con ellas una canción, y entonces
lograría comprender,
si tanto, tanto nos queríamos,
cómo es que echamos a correr
cada uno en una dirección.
Y qué si tenemos que gritar solos en medio del océano.
Gritemos y seamos multitud.
Una multitud que pueble este océano.
¿Recuerdas cuando sobrevino aquel desastre?
La gente se aterrorizó, pero una voz
empezó a entonar una canción
a la que se le sumaron más voces
hasta que se abrió una grieta en el cielo plomizo
y así fue como entró la luz y supimos que vivíamos.
Y el desastre continuó.
Pero entonces ya bailábamos.
Escucha, nunca dejes de buscar esas palabras mágicas.
Se pronuncian sin hablar
(por eso son tan mágicas).
Recuerda, nunca dejes de buscarlas.
Las palabras.
Las mágicas.
Nacho Vegas
Reanudación de las hostilidades
Espasa es Poesía