Hay días
en los que levantarse de la cama
suele terminar siendo
más que un acto rutinario
un gesto épico.
Y no me refiero ahora a las resacas
ni a que caigan
chuzos de punta ahí fuera
ni a que hayas roto con ella.
Me refiero
a cuando te quieren y hace sol
y no te duele nada,
a cuando tienes el mundo
rendido a tus pies
y no te basta.
Karmelo C. Iribarren
Mientras me alejo
Editorial Visor