Náufrago sin combate en algunos cuerpos
creíste en la eternidad de lo abisal,
y ordenaste tu vida entre engañosas corrientes
que dejaron sin aire la íntima ascensión
del que, como tú, mudo tiembla
en el espacio duermevela
de lo que espera amanecer.
Entregado a los relámpagos de una piel,
ignoraste el latido permanente
de lo que en amor fue separado
tras la plena inundación.
Por tu culpa desposeído
de palabras y gestos
en su lentitud consagrados,
te consumaste en una pasión
sin otro destino que su propio ardor,
beso y tacto de ceniza
donde un día enterraste tu sueño
de respirar el mundo desde otro ser.
Javier Lostalé
Cielo
Fundación José Manuel Lara