Los días del futuro se alzan ante nosotros
como una hilera de velas encendidas
–doradas, vivaces, cálidas velas.
Los días de pasado quedaron atrás,
fúnebre hilera consumida
donde las más cercanas aún humean,
velas frías, torcidas y deshechas.
No quiero verlas; su aspecto me aflige,
me aflige recordar su luz primera.
Miro ante mí las velas encendidas.
No quiero volverme, y estremecerme al contemplar
qué rápidamente se alarga la hilera sombría,
qué rápidamente crece con sus velas ya consumidas.
Konstantino Kavafis
Poesías completas
Hiperión