Tienes que decidirte. Yo no puedo
ir dejando pasar todos los coches.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
No se detiene, duda y retrocede.
Es ahora la ocasión. Si tardas mucho,
acaso cuando llegue el beso tuyo
mi boca esté ocupada en otros labios.
Entonces no valdrá que me supliques.
El deseo de ti se habrá marchado
y el deseo no vuelve una vez ido.
Ahora que te rodea mi deseo,
como un fruto que envuelve una semilla,
tienes que decidirte. En este instante.
El tiempo cuenta aprisa la existencia.
José María Fonollosa
Ciudad del hombre: Barcelona
DVD Poesía